“Bullying” en concursos de belleza
Me pregunto si no existirá una forma de disciplinar a los comentaristas de entretenimiento en televisión que se muestran irrespetuosos, ofensivos e irresponsables en sus comentarios sobre las participantes de concursos de belleza o de reality shows.
Es cierto que esos programas no son un modelo de seriedad, ética y comportamiento adecuado. Pero eso no autoriza a conductores y comentaristas a ser ofensivos, a faltarles al respeto y hasta ofender a las participantes.
La semana pasada, en el programa Sal y Pimienta, su co-conductor (le llaman “fashionista”, lo que ya sería motivo para hacerle crítica y reírnos de él en sus propias narices), hizo un comentario ofensivo e insultante refiriéndose a la estatura física y a otros atributos físicos de dos de las concursantes de Mi Belleza Latina que fueron eliminadas del certamen. Esto que me hizo recordar que hace algunos años, en México, yo también fui objeto de comentarios similares por parte de personas del entretenimiento, que decían que yo no podía sobresalir en el mundo de la moda y el espectáculo por ser morena y bajita. Creí que esos tiempos habían quedado atrás, y más en el país de la libertad y el respeto. Pero no es así.
Con la perorata de ser incluyentes, los organizadores de estos eventos buscan chicas cuyo sueño es llegar a ser una reina de belleza. Hacen “castings” y clasifican a quienes tienen posibilidades de ganar o hacer un papel destacado.
Pero entonces, si ya las aceptaron y además les hacen creer que pueden llegar a ser las ganadoras, ¿por qué durante el desarrollo del concurso las limitan y critican por su estatura? Que digan desde un principio cual es la estatura límite, y que no las engañen para después mofarse de ellas. Nada, absolutamente nada justifica que alguien, aunque sea un superficial y mentalmente hueco comentarista de TV, se burle, ofenda y menosprecie a un ser humano.
Se debe poner un alto a esto. El talento, la inteligencia y la belleza no son privilegio de las personas altas. Recordemos bellezas como Elizabeth Taylor que medía 5.3 pies y llegó a ser uno de los íconos más grandes de la actuación; a Salma Hayek, con 5.3 pies, considerada también una de las mujeres más bellas del mundo, productora, actriz e imagen de una de las casas de cosméticos más importantes del orbe.
Hacer de la belleza un estereotipo de “tamaño” cae en la discriminación y la ofensa corriente y vulgar, además de que puede convertirse en una peligrosa violación a los derechos de cada persona. Recuerdo que una conocida empresa restaurante-bar de este país hace años le negó empleo a una “hostess” por ser bajita y morena, esa acción discriminatoria le costó una demanda y mucho dinero… y hoy la empresa no se atreve a rechazar a nadie por su aspecto físico.
Mi pregunta es: ¿Personas como el conocido “fashionista” al que me he referido son contratados por su belleza física o porque poseen una enorme ignorancia y soberbia que les impide ver en ellos –al pararse frente a un espejo – los defectos que critican en los demás?