Monument Valley, Un Encuentro Místico

Por Victoria Ortiz

Cada vez que cierro los ojos y recuerdo el día en que conocí el Valle de los Monumentos (Monument Valley) se me enchina la piel solo de pensar en la grandeza y belleza con que se manifiesta la naturaleza. El Valle de los Monumentos está formado por un extendido conjunto de cerros de color rojizo que han sido esculpidos por la erosión en formas que semejan pirámides, torres, edificios y hasta fantasmas.

A solo 175 millas al este de la ciudad de Flagstaff, cerca del punto en donde se tocan las esquinas de cuatro estados –Arizona, Utah, Colorado y Nuevo México-, se encuentra el sitio que los indios navajos llaman “Tsé Bii’ Ndzisgaii” (Valle de las Rocas) y que se ubica en el corazón de la Reservación Navajo.

La majestuosidad y misticismo de su paisaje es inolvidable no solo por la extraordinaria belleza de sus rocas y promontorios rojizos y sus mesetas esculpidas con paciencia por el viento y la lluvia durante millones de años, sino por todo lo que representa ese conjunto en la historia del mundo y de la civilización.

El Valle de los Monumentos ha sido escogido en numerosos ocasiones como escenario para la filmación de películas del Viejo Oeste, intergalácticas y de misterio y son inolvidables las escenas en las que numerosas veces aparecieron figuras legendarias del género vaquero cinematográfico como John Wayne, Gary Cooper o Clark Gable.

El Valle de los Monumentos ofrece también al viajero oportunidad para admirar y aprender sobre la cultura nativa americana, observando cómo los indios navajos elaboran artesanías compuestas de crin de caballo, joyería de turquesas y plata, tapetes y telas tejidas en telares caseros.

El visitante también aprenderá como las tribus aun guardan tradiciones, cantos que reflejan un constante lamento y misticismo, y su música que inspirada por los sonidos del viento y ejecutada con flautas hechas a mano invitan con su sonido a pensar en la creación del universo.

Cuando uno visita la tierra sagrada de los Navajos no se deben tomar fotografías de ellos, sus hogares o sus posesiones sin antes pedir permiso, porque todavía hay quien cree que la cámara fotográfica captura su alma… pero ya con su permiso todo cambia y hasta se les puede dar una propina.

El Valle de los Monumentos es tan diferente a todo lo que usted pueda haber visto en sus viajes así que vale la pena darse tiempo para visitarlo. Se puede buscar hospedaje en hoteles que se encuentran a solo quince minutos de distancia, o disfrutar del hotel “The View”, enclavado justo enfrente de las torres pétreas del Monument Valley.

Sea como sea no deje de recorrer los caminos del Valle de los Monumentos ya sea a caballo, en un jeep o en su propio auto. Contratar un guía es lo mejor porque enriquecerá su visita con explicaciones, leyendas y anécdotas del área. Pero sería un crimen no observar el cielo nocturno cuajado de estrellas que iluminan los monumentos volviéndoles fantasmales.

Para llegar al Valle debe consultarse un mapa porque debe transitarse por carreteras poco conocidas, aunque totalmente seguras. Es un camino largo y solitario que corre a través del desierto y en algunas zonas por bosques no muy cerrados, pero vale la pena transitarlo. Decídase a recorrerlo y no se va a arrepentir.