Mi más sentido pésame

Por Victoria Ortiz

 Hoy no puedo escribir como periodista sino como un ser humano que es madre, hija y hermana que pudo haber perdido a los que más ama durante el atentado terrorista en el maratón de Boston. Hasta el momento han fallecido cuatro personas, entre ellos un niño de ocho años que participaba, al lado de sus padres, y que nunca llegó a la meta ni imaginó que un día de deporte y diversión se convertiría en el último de su vida.

 Quiero enviar mi más sentido pésame a las personas que perdieron a sus seres queridos y desear a quienes están hospitalizados que se recuperen pronto.

Jamás me hubiera imaginado que pudiera suceder esto en casa y menos durante una actividad deportiva. Fui maratonista toda mi vida y en todos los eventos en los que participé lo que más disfrutaba era ver a mis hijos esperándome en la meta, echándome porras y animándome a siempre continuar adelante.

 El maratón es un símbolo de unión familiar, de amigos, de ayuda social y comunitaria, pero sobre todo refleja a seres humanos con una vida sana de mente y cuerpo. Esto seguirá igual. Lo que cambia es la historia y cómo un acto terrorista ha ensombrecido a un deporte tan noble. Siempre nos acompañarán las imágenes del humo, fuego y ruido ensordecedor de las tres explosiones que hirieron a más de ciento setenta personas que esperaban en la meta a sus seres queridos.

 Probablemente, este no será el último acto terrorista que vamos a sufrir y lo más desgarrador y triste es que no podemos evitar que el envilecimiento de los sentimientos cobren más vidas. Son actos sorpresivos e imprevisibles que rebasan cualquier medida de seguridad, pero sobre todo la razón.

 ¿Quién, cómo y por qué? Son algunas de las preguntas que agolpan no solo mi mente sino la de millones de ciudadanos americanos.

 Estamos al alcance de mentes enfermas y pasiones extremistas; sin deberla ni temerla somos víctimas de diferencias religiosas, abusos políticos, economías, explotación o ideologías.

 Es una pena, y lo repetiré siempre que pueda ¿Cómo es que el ser humano, con la capacidad que tiene de razonamiento y análisis no haya logrado evitar odios, guerras y terrorismo?

 Este quince de abril de 2013 vivimos nuevamente el terrorismo en casa. Un día que recordaremos dentro del deporte como un día de duelo y mucho dolor.